GENERACIÓN ARGENTINA DEL '40: AQUELLOS PENSADORES...olvidados hoy! TERCERA PARTE.
Compartir
Hoy a las 13:48
GENERACIÓN ARGENTINA DEL '40*: AQUELLOS PENSADORES...olvidados hoy! TERCERA PARTE.
LEONARDO CASTELLANI, NIMIO DE ANQUÍN Y CARLOS ASTRADA.
Estos tres nombres se tratan en este punto por ser eminentes pensadores que pertenecen a los que tuvieron algún tipo de relación con el peronismo, no obstante no tuvieron actuación política ni ocuparon cargos públicos durante los gobiernos del Gral. Juan Perón.
1.- LEONARDO CASTELLANI: teólogo, filósofo y poeta jesuita, a juicio de un destacado filósofo actual, Héctor Mandrioni -quien fuera discípulo suyo-, "fue la inteligencia más brillante que produjo la Iglesia Argentina " y fue también en buena medida desaprovechado por ésta. Sin duda, su independencia de juicio y actitudes personales propias de las personalidades excepcionales lo llevaron a un grave conflicto con la Compañía de Jesús, que primero lo recluyó en Manresa (Cataluña) durante dos años (1947-1949) y luego lo expulsó de la Orden el 18 de diciembre de 1949(38). Como sacerdote es admitido en la diócesis de Salta -no podía ejercer su ministerio en otras diócesis- y recién en 1966, por gestión del Nuncio Apostólico Lino Zanini, se le restituyó plenamente el ministerio sacerdotal.
Filósofo tomista, pero también admirador del danés Sören Kierkegaard, luterano (quien había tenido un conflicto similar con su iglesia), su vocación política nacionalista lo llevó a colaborar asiduamente con diversas expresiones de esa corriente en la década del 40: CABILDO y NUESTRO TIEMPO, por ejemplo, y a partir de octubre de 1945 lo hace en TRIBUNA, que apoya la candidatura de Perón a la presidencia. En las elecciones del 24 de febrero de 1948 es candidato a diputado nacional en segundo lugar por la Capital Federal a través de la Alianza Libertadora Nacionalista, que lleva su propia lista pero apoya la fórmula Perón-Quijano. No es electo y entre los años 1947 y 1951 vive los momentos de crisis con la Compañía de Jesús y de reinserción en la Iglesia Católica. En 1951 el gobierno de Perón expropia el diario LA PRENSA, que pasa al dominio de la C.G.T., siendo director el escritor César Tiempo; allí Castellani colabora en el suplemento literario. En 1955 es dejado cesante en sus cátedras secundarias, en lo que el mismo Castellani denomina "el sarampión anticlerical de Perón ".
Una de las obras más importante de Castellani es "Las canciones de Militis", que firma con en seudónimo de Jerónimo del Rey, la cual recoge artículos publicados en CABILDO entre 1943 y 1944, de una orientación a la que permanece fiel toda su vida, como lo testimonia "Esencia del liberalismo", que recoge una conferencia en la librería Huemul de 1960. El tema central del pensamiento político de Castellani es el anti-liberalismo o, tal vez mejor, desde la fe y el pensamiento católico juzga al liberalismo como una etapa del proceso de destrucción de la Cristiandad iniciado por la reforma protestante, continuado con la Ilustración y la Revolución Francesa, y que engendra al comunismo. El liberalismo ha hecho mucho mal en Argentina y otros pueblos católicos: "Una herejía medio católica, medio protestante y medio atea [...] vino a la vida justamente cuando nosotros los argentinos veníamos a la independencia. Nos hizo tanto mal como una damajuana de caña en una jaula de monos: y no nos arruinó del todo, porque por gracia de Dios aquí había fuertes vitaminas españolas. Y también había hombres que no eran monos."..."Esa obsesión de la libertad propia de un loco vino a servir maravillosamente a las fuerzas económicas que en aquel tiempo se desataron, y al poder del Dinero y de la Usura, que también andaban con la obsesión de que los dejasen en paz"; marcando una conexión necesaria entre liberalismo y capitalismo salvaje, que engendra el colectivismo marxista. Tras la caída de Perón, Castellani retoma su vocación periodística principalmente en AZUL Y BLANCO y en una revista cultural dirigida por él: JAUJA. Por iniciativa del Cardenal Antonio Quarracino se inició una revalorización del padre Castellani, plasmada en la edición de sus obras completas.
2.- NIMIO DE ANQUÍN: al igual que Carlos Astrada, fue un filósofo cuyo prestigio trascendió nuestra frontera. Sin duda, fueron éstos dos de los pensadores más profundos que produjo nuestra patria. Nimio de Anquín dirigió en su Córdoba natal una filial del Partido Fascista Argentino -que hacia 1936 pasa a denominarse Unión Nacional Fascista-, lo cual me exime de mayores comentarios respecto de su ideología. En un acto realizado en Córdoba decía Nimio de Anquín: "Las generaciones pasadas no tienen lugar en nuestra arena, primero porque carecen de la virtud de la fuerza, luego, porque no pueden entender los principios con que combatimos, y tercero, porque no las queremos y las rechazamos absolutamente."
El pensamiento de Nimio de Anquín tenía una raíz nietzscheana y mussoliniana. Su nacionalismo, a la vez, está enraizado en el Cristianismo: "Podemos con justicia hablar de un nacionalismo cristianamente vivificado y nos arrogamos la posición de sus principios y la custodia de sus banderas. Aparte de la aceptación de las nociones en que se funda, exige el nacionalismo nuestro de quienes lo profesan una disposición biológica para el combate.".
A partir de 1938 colabora en la revista cultural nacionalista SOL Y LUNA y desde 1940 en NUEVA POLÍTICA. Producido el movimiento de 1943, se incorpora a funciones públicas hasta 1945. Desde 1946 hasta 1955 se desempeña en la docencia universitaria, siendo expulsado de sus cátedras a la caída de Perón.
Nimio de Anquín y Carlos Astrada fueron los asesores de Perón en la redacción de su discurso de clausura del Congreso de Filosofía de 1949. Esta afirmación es verosímil por cuanto quien la hace es hijo de Ernesto Palacio, en ese entonces diputado nacional, que sin duda le transmitió esa información.
A fines de 1955 Nimio de Anquín escribe un opúsculo, en primera redacción luego corregida, para un periódico de Buenos Aires que dejó de aparecer antes de incluirlo en sus columnas. Por la coincidencia de fecha conjeturo que se trataba de EL LÍDER, órgano de la C.G.T., que fue clausurado a la caída de Lonardi el 13 de noviembre de 1955. En su dedicatoria reza así: "A la memoria de mis ilustres comprovincianos Leopoldo Lugones (el de la madurez) y Teniente Coronel Oscar L. Cogorno, caído gloriosamente por el bien común de la patria". Cogorno había sido fusilado por la Revolución Libertadora tras el fracaso del levantamiento cívico-militar encabezado por el general Juan José Valle el 9 de julio de 1956. Mito y política, tal el nombre con que fue editado en 1957 el opúsculo antes mencionado, es un breviario de filosofía política -calurosamente recomendado por el padre Castellani en Esencia del liberalismo- del cual se destaca un aspecto del pensamiento del filósofo cordobés, que constituye un cambio sobre la base del pensamiento anti-liberal que permanece firme: "La libertad como mito lleva fatalmente al anarquismo, o sea, al solipsismo político: es el Desorden, pues si la libertad de cada uno debe ser absoluta, no será posible el Estado [...] La libertad es formalmente instrumental, no tiene un fin por sí.("
Critica elípticamente a la Revolución Libertadora por restaurar la Constitución de 1953: "Resucitar una Constitución es una tarea tan macabra como inútil, propia de la mentalidad mitolátrica, retrógrada y antihistórica".
Lo nuevo en el pensamiento de Nimio de Anquín es la constatación de la inoperancia política del Cristianismo en nuestra época, el proceso de secularización de la sociedad moderna y la reaparición analógica de las formas políticas de la antigüedad griega: "[...]el cristianismo es ya inoperante: el hombre está solo y solitario y Dios 'con los ángeles y los gorriones'. El hombre en su soledad excogita nuevas formas de pensamiento, de vida y de organización, y éste es el estado actual del mundo."
Estados Unidos domina al resto de América a través de la economía y de la supertécnica, este dominio es fuerza e interés temporales, que conduce al estancamiento y a la explotación. Habla de la necesidad de una resistencia revolucionaria, "pero hacia fuera, no hacia dentro". Dice que debe dejar de ser "guerra civil" y transformarse en "guerra hostil" (de hostis: enemigo extranjero). Agrega que esta guerra no puede ser material -porque por ahora el dominio es invencible- sino espiritual. Sin duda el pensador cordobés pone el énfasis -es una constante en su pensamiento, al igual que en el de Castellani- en la preeminencia de los factores religioso y ético, antes que en lo político y lo económico.
3.- CARLOS ASTRADA también cordobés, tuvo una militancia nacionalista que quedó registrada en su participación en el Congreso Nacionalista realizado en Buenos Aires el 16 de diciembre de 1942 y del cual participaron, entre otros, Nimio de Anquín, Ramón Doll, César Pico y Vicente Sierra. No hay constancia de colaboraciones suyas en el periodismo nacionalista de las décadas 1930/40, pero Zuleta Álvarez lo señala entre las escasas excepciones de un nacionalismo no católico (como es el caso de Scalabrini Ortiz). Carlos Astrada, al igual que Nimio de Anquín, en el período 1946-1955 se dedica exclusivamente a la docencia universitaria, y al igual que él fue cesanteado a la caída de Perón. Con respecto a su relación con el peronismo dice Mario Casalla: "movimiento político al que -como buen dialéctico- reconoció y criticó simultáneamente".
Las etapas de su pensamiento son, siempre según Casalla, primero existencial, con influencia de la filosofía de Heidegger, desde 1918 a 1952, y luego dialéctica, desde 1952 hasta 1970, fecha de su fallecimiento. El mito gaucho es un magnífico ensayo de búsqueda del ser nacional, que Astrada elabora sobre la base del Martín Fierro de Hernández, y que es publicado en 1948; esta fecha no es ninguna casualidad, porque como señala uno de sus discípulos dilectos: "La tensión especulativa se vuelve hacia lo vernáculo con el deliberado propósito de subsumir y fundar dentro de la tradición autóctona los fines y proyectos de un pueblo que aspira a recuperar su contacto con las raíces de su historia y a mostrar, a la vez, el fondo ontológico del que surge su fuerza espiritual y su libertad". Se trata, nada más y nada menos, que de elaborar una filosofía de la argentinidad.
ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO: por último citaremos a "Discepolín", porque se trata de una personalidad y de una influencia muy especial, dentro de la brillante constelación de la "Inteligencia Nacional". Poeta y músico mayor de Buenos Aires, dramaturgo, actor, director cinematográfico, gozaba de una gran popularidad a la llegada del peronismo al poder. Conoció a Perón en Chile cuando éste se desempeñaba como agregado militar y llegó a trabar amistad con él, la admiración era mutua. La actividad gremial de Discépolo a través de S.A.D.A.I.C., de la que fue uno de sus creadores, acrecentó su relación con el líder. Pero estrictamente nunca tuvo militancia política; sus letras, tan amargas y escépticas la mayoría de ellas, humorísticas otras, no reflejan toma de posición política alguna. Sus grandes creaciones de la década del 30: Yira... yira (1930), Qué "sapa" señor (1931), Tres esperanzas (1933), Cambalache (1935), Tormenta (1939), son expresión de dolores y frustraciones personales o denuncias de un estado universal de confusión y crisis. En Cambalache, tal vez su obra más popular, la referencia es "al mundo" y no a la Argentina concreta, aunque la incluye. No hay en él, como algunos pretenden, una denuncia de la llamada "década infame", sino más bien de la crisis de la modernidad y la deshumanización consecuente. Donde hay, sí, una referencia concreta a la Argentina es en Qué vachaché, de 1926 (gobierno de Marcelo T. de Alvear):
"[...]el verdadero amor se ahogó en la sopa./La panza es reina y el dinero es Dios./¿Pero no ves, gilito embanderado,/que la razón la tiene el de más guita?/¿que la honradez la venden al contado/y a la moral la dan por moneditas?/¿Que no hay ninguna moral que se resista/frente a dos pesos moneda nacional?/Vos resultás -haciendo el moralista-/un disfrazao sin carnaval..."
No se trata, claro está, de una crítica al gobierno de Alvear, pero sí a la escala de valores de la sociedad argentina de la época. Al año siguiente, 1927, Roberto Arlt publica "El juguete rabioso", pintura sórdida de ambientes y personajes de Buenos Aires. El gobierno de Alvear tuvo características que lo convierten en uno de los mejores que tuvo la Argentina: prosperidad, progreso en todos los campos, prestigio internacional, florecimiento cultural, vigencia de la democracia política. Tal vez Discépolo y Arlt, con su genialidad, leían bajo el agua y percibían la cercanía de una crisis inevitable si no cambiaba el modelo de país vigente hasta esa fecha, es decir, el proyecto de la "generación del 80": el país agro-exportador unido íntimamente al Imperio Británico, lo que fue descripto magistralmente por Julio Irazusta: "La presidencia de Alvear acababa [...] entre lo que podríamos llamar los esplendores de una puesta de sol, que parece más grande cuando está más cerca de ocultarse bajo la línea del horizonte. Los que vivimos nuestra primera juventud en aquella época sabemos que el lustro de 1922 a 1927 fue tal vez el más brillante de la historia nacional".
Volviendo a Discépolo, en 1950 es designado director del Teatro Nacional Cervantes, que acepta a condición de que fuera ad honorem, y en 1951 participa del ciclo "¡Pienso... y digo lo que pienso!", por la cadena oficial de radioemisoras, que se transmitió entre mayo y noviembre de 1951, como parte de la campaña electoral para la reelección presidencial de Perón, y en el que tomaron parte sucesivamente otras diez grandes figuras del cine, el teatro y la radio nacionales. Los programas de Discépolo sobresalieron netamente sobre el resto, y constituyeron todo un acontecimiento de éxito radial y modelo de propaganda política. Tuvo treinta y siete programas a su cargo y si bien no era el autor de los textos, les imprimió su sello personal. Así dice Sergio Pujol: "Discépolo participó en aquellas páginas corrigiendo y agregando frases de su cosecha, pero su gran aporte estuvo cifrado en el modo de interpretación. Supo inyectar cada oración en los oídos de millones de argentinos a lo largo de todo el país. Con el transcurso de las emisiones el actor se fue afirmando en su espacio y los textos de los libretistas pasaron a ser meros esquemas desde los cuales empezar a hablar." Y agrega más adelante: "Nunca antes se había asistido en el país a una propaganda política tan bien hecha. No se recordaba la apología de un gobierno expresada con tanto ingenio y talento. Y era evidente que muchas de las cosas que Discépolo decía eran ciertas. La propaganda no se alejó tanto de la realidad como para que no resonaran unas cuantas verdades cada vez que la radio era sintonizada por millones de argentinos."
En varias de sus charlas se dirigía a "Mordisquito", prototipo del "contrera" opositor contumaz. "Mordisquito" perdió las elecciones, el triunfo de Perón fue abrumador, pero se vengó de Discepolín a través del llamado anónimo, la difamación; incluso muchos amigos le dieron la espalda. Esto lo sumió en un estado depresivo, una especie de anorexia que lo llevó a la muerte el 23 de diciembre de 1951. La tragedia discepoliana de algún modo anticipaba la de la muerte de Evita seis meses después, la violencia de 1953 y la confrontación de fines de 1954 y 1955.
La pluma de Marcelo Sánchez Sorondo sintetiza magistralmente la conexión entre la doctrina peronista y la inteligencia nacional: "En cabeza de Perón y a través del peronismo la prédica nacionalista se convirtió en doctrina nacional. Todo el país políticamente mensurable se reconoce desde entonces en ese espejo que algunos pretenden fragmentar. Por la ancha convicción del pueblo nuestro país descubre que es nacionalista con San Martín, Rosas y Perón."
"...Por la ancha convicción del pueblo nuestro país descubre que es nacionalista con San Martín, Rosas y Perón".
NIMIO DE ANQUÍN.
CARLOS ASTRADA
LEONARDO CASTELLANI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario