TERCERA POSICIÓN Y UNIDAD LATINOAMERICANA. Por Juan Perón.
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Ayer a las 13:07
XII - LA DEUDA EXTERNA DEL BRASIL.
Fragmento de declaraciones, diario Mayoría, Buenos Aires, 27 de abril de 1973.
-Dentro de su idea de una América Latina integrada, ¿cómo ubica Ud. la política expansionista, subimperialista o subimperialista neta del Brasil?
-Una de las cosas que me ha enseñado la historia, que yo he estudiado mucho porque he sido muchos años profesor, y eso lo obliga a uno a estudiar y a estudiar bien, es, precisamente, que los pueblos que en la humanidad han seguido procesos de esa naturaleza tienen un desarrollo parabólico. Es decir, nacen, crecen, se desarrollan, dominan, decaen, envejecen y mueren. A ese ciclo biológico no ha escapado nunca ningún hombre.
- Ni ningún pueblo
-Ni los imperios. Todos los imperios de la historia han dejado algunas columnas rotas, en el mejor de los casos. Han cumplido su ciclo biológico. Todos han sido expansionistas y hegemónicos: Todos han tenido siempre una razón de ser como hoy la tienen los rusos, con su sistema ideológico, o los EE. UU., con su sistema económico-político. Los dos actúan en este mundo de la misma manera. Es decir, los norteamericanos, al estilo anglo-sajón con penetración económica y dominio político. Los rusos, mediante la penetración ideológica y después con la ocupación militar. Esos son los sistemas. En este momento del mundo y de la evolución, ningún país puede aspirar a hegemonías ni expansionismos, si no tiene, por lo menos, mejores medios que los imperialismos actuales. Y éstos tienen fracasos sobre fracasos. Si EE. UU., con una política de esa naturaleza, y con un poder que es el más fuerte del mundo entero, no he podido y no puede imponerse, ¿cómo podemos pensar que Brasil, por grande que sea su territorio, y por numerosa que sea su población, podrá llegar a tener éxito en una empresa de esa naturaleza? En Brasil, por otra parte, los que piensan de esa manera son muy pocos. De los 100 millones de habitantes que tiene actualmente, no alcanzarán a medio millón los que piensan así. Hay 99 millones y medio que piensan como nosotros. Es la gente del pueblo, y también muchos políticos y algunos militares. Creo que tenemos que hacerlos integrarse. El decenio que viene, si tienen una industria desarrollada -que es a lo que tienden- y no cuentan con mercado para colocar su producción como ellos carecen de poder adquisitivo, esa industria necesitará del resto de América, de un mercado para colocar sus manufacturas. Se integrarán por necesidad, si no lo hacen por patriotismo regional.
- ¿De manera que Ud. aprecia que la actitud de ese grupo minúsculo del Brasil responde más bien a una ofuscación que a una incitación extranacional, en este caso, del imperialismo norteamericano?
-Eso responde un poco a las dos cosas. Hay una actitud típicamente brasileña, muy acentuada en ciertos sectores, pero no en todos. En cuanto a la influencia extranacional. Ud. comprende que en la orientación de la política de un país difícilmente pueden gravitar esos poderes. A Brasil le está pasando una cosa que es muy común en la vida de los pueblos y de los hombres. En estos momentos creo que Brasil tiene una deuda externa de unos 11 mil o 12 mil millones de dólares. Y son muy amigos de los norteamericanos, porque es la hora de recibir. Les pasa a todos los que piden; a los prestamistas, que son amigos, los abrazan y hasta los besan. Pero después, cuando tienen que pagar, los consideran enemigos. Tenemos que esperar el momento en que Brasil deba pagar su deuda externa.
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